30.10.11

Otra vez el diablo

El viento, en vez de aullar al enredar sus cabellos en las ramas, les susurraba algo urgente y sigiloso como una consigna, y las ramas se abrían asombradas dejándole paso. Las ovejas, acarradas en el redil, se apretujaban inquietas, con un temblor que por primera vez no era de miedo. Y hasta la misma nieve sentía un entrañable escozor que le venía de muy adentro y que trasmanaba de ella como un caliente vaho animal. Era como si la noche entera, conteniendo la respiración, se hubiera puesto a pensar intensamente para que la nueva madrugada tuviera una nueva idea.


Alejandro Casona

24.10.11

Duele más el dolor que ya no duele que la muerte

Pienso cosas.


Algunas nada buenas.
Y me pongo muy triste por ello.


Es que se me cuelan,


tengo abierto el cráneo desde ayer.




Un niño muerto y otro pegando patadas al cadáver.




Es difícil ahora hablar de flores
y de soles
y del mar con sus olas bonitas.


Es más fácil poder creer que el mundo se nos derrite.




Ya da igual que tú me quieras o que yo te quiera.
Ya el amor da igual.


Se me cuelan las cosas malas.




El niño muerto desaparece.


Las patadas quedan.


Duele más el dolor que ya no duele
que la muerte.



F.O.R.

18.10.11

La Llave de Camarón

"El concepto de la Llave se aleja por completo de la actitud artística de Camarón de la Isla. La Llave sirve para cerrar, no para abrir. No te inventas una llave si antes no te has inventado una puerta. La actitud de Camarón ha sido siempre libre, como la de Caracol. 

Que le den lo que quieran, como si quieren darle un Cadillac a su viuda. Lo fundamental sería guardar respeto a la memoria de ese hombre, que no ocurra lo mismo que con Elvis Presley. Como en las Vegas, que hay curas vestidos de Elvis, pues lo mismo en San Fernando, que habrá curas vestidos de
Camarón."



14.10.11

El Hierro


El estilo mismo de la escritura se acomoda a su tema, se somete a lo que los escritores renacentistas reconocieron como "retórica de la velocidad", cuyo patrón era Marte, dios de la guerra. Su metal es el hierro, al que le agrada el fuego, y se oxida cuando se hace a un lado de manera reflexiva; el hierro es un mal espejo.

Un terrible amor por la guerra